Situada junto al sagrado Ganges, es lugar de peregrinación de miles de personas, algunas vienen a lavar su cuerpo y su alma, y otras a morir o a ser incineradas, ya que según el hinduismo, quien muera allí o cerca de la ciudad, termina su ciclo de reencarnaciones; ademas un hinduista debe visitarla al menos una vez en la vida. La parte menos mística del río la encontramos en su polución, varios cientos de veces superior a lo permitido por la OMS.
El río discurre junto a grandes edificios de los que salen unas escaleras o ghats, en estas escaleras y sus orillas, vemos a miles de personas al amanecer, tomando sus baños purificadores en el río, a la vez que rinden tributo al dios del Sol, Surya. Cada ghat y cada edificio pertenece a un grupo o un país. También aquí vemos varios crematorios humeantes, clara muestra de la ceremonia sagrada de incineración de los difuntos que han venido a morir a Benarés.
El ritual se repite día a día, año a año. Por la noche, sacerdotes practican un ritual de cantos y fuego para purificar los lugares que servirán para quemar a los cuerpos a la mañana siguiente.
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